Pienso y no existo.

Pienso y No Existo
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Pienso en ti como lo hace aquella amante abandonada

por el mismo deseo sexual que la delata. 

Desprestigiada, desesperada.

Desarraigada de la pulcritud y el respeto que se ganara

con tanto esfuerzo en cada cama.

Pienso en ti como si no hubiese tenido ya tantas vidas pasadas; 

como si esto fuese esa pesadilla de clímax anclado contra el sueño fortuito. 

Pienso y no existo.

Aun siendo tan inconclusa, defenestrada y traversa,

el pensar te hace eterna.

Que se desvanezca de una vez por todas tu esencia

para así recordar realmente lo que eras.

Vuelvo a ti como el capullo anhela a la oruga,

vuelvo porque en ti soy el que nunca fui y un poco más.

Me descompongo en tu partitura inútil repleta de sabores castrados

por la intención que tienen tus manos de quemarse un poco más.

Pienso, vuelvo, estoy y me voy.

Inconclusa desesperada hoy Beethoven se enorgullecería de ti.

Y pienso en ti como en una obra maestra.